...y entre las cosas perdidas de la gente encontré un tesoro y quise llevármelo. Ahora es mi tesoro pero tengo claro que su dueña real (la que dejó que se perdiera) puede venir en cualquier momento, encontrarlo y llevárselo con ella.
Más bien como lo que se forma al juntar los dedos de ambas manos entre sí, un zigzagueo constante entre lo bueno y lo malo, entre lo claro y lo oscuro.