miércoles, 12 de mayo de 2010


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"(...)¿No serán todas las esperanzas de los hombres tan grotescas como éstas? Ya que, dada la índole del mundo tenemos esperanzas en acontecimientos que, de producirse, sólo nos proporcionarían frustración y amargura; motivo por el cual los pesimistas se reclutan entre los ex esperanzados, puesto que para tener una visión negra del mundo hay que haber creído antes en él y en sus posibilidades. Y todavía resulta más paradojal que los pesimistas, una vez que resultaron desilusionados, no son constantes y sistemáticamente desesperanzados, sino que, en cierto modo, parecen dispuestos a renovar su esperanza a cada instante, aunque lo disimulen debajo de su negra envoltura de amargados universales, en virtud de una suerte de pudor metafísico; como si el pesimismo, para mantenerse fuerte y vigoroso, necesitase de vez en cuando un nuevo impulso producido por una nueva y brutal desilusión."
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Ernesto.