Ahora me vuelvo personaje de otra historia, de una ajena y lejana, dejando atrás lo propio e inherente a mí persona, ahora dejo de ser una unidad para ser parte de un todo.
Me vuelvo molécula.
Me vuelvo ÁTOMO.
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viernes, 29 de octubre de 2010
Publicado por Sofía Augusta Pérez de Ramos. a las 18:48