lunes, 22 de noviembre de 2010




Ándate más lento, niña loca, eres demaciado ambiciosa para ser tan joven. Pero si eres tan inteligente entonces dime, por qué estás tan asustada?.
Dónde es el fuego? Cuál es la prisa? Sería mejor que primero te calmaras antes de apagar ese incendio. Tienes tantas cosas que hacer y sólo algunas horas en un día...

Tú sabes que cuando la verdad está dicha, puedes lograr lo que quieras o puedes sólo envejecer.

Disminuye la velocidad, lo estás haciendo bien, no puedes ser todo lo que quieres antes de tiempo, aunque eso suene tan romantico esta vez... Es una lástima, pero es la vida que llevas, tienes tanto delante de ti que olvidastes lo que necesitas, aunque a veces puedes ver cuando estás equivocada, no siempre ves cuando estás acertada.

Tienes pasión, tienes orgullo, pero... no sabes que sólo los tontos estan satisfechos? Sueñan, pero no imaginan que la verdad está llegando. Disminuye tu velocidad, cuelga el telefono y desaparece por un rato, está bien! Puedes perder un día o dos (cuando estés lista, el mundo habrá esperado por ti).
Tu sabes cuando la verdad fue dicha: Puedes lograr lo que quieras o sólo envejecer.

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miércoles, 10 de noviembre de 2010







En realidad, no tenía corazón. No es que lo haya inventado, ni nada por el estilo. O sea, de tener corazón, tengo...pero sirve para bombear sangre. Corazón...qué ridiculez! corazón iba a tener. De qué me serviría si puedo querer con el ego?. Si querer se puede llamar eso, o depender de cierta forma, de cierta y parcial forma. Bueno, si te vas, algo me va a doler. Me vas a tratar de convencer de que es el corazón y asdasdasd, pero estoy segura de que será el ego. Y no creas que duele poco, porque cuando el ego pesa y molesta, es muy doloroso. Pero es ego, y no corazón. Si tuviera corazón, sufriría. Pero no es, y por más que lo intentes, no será, porque no hay, porque no tengo. Y si me regalaran uno, lo recibiría sólo con ticket de cambio.

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sábado, 6 de noviembre de 2010




Me pides que no te llore más, que no te llame más, que te deje ir, que si te llamo, venís, y que vos estás por pasar a dejar de ser, pero yo sé que no es por vos que no te debo llamar. Habrá que olvidar, y bueno...y bueno pasará, y todo también pasará. Pobre...tan solo te voy a dejar, sin saber nada, ni el olor de donde estás. Sin siquiera reconocer el olor de donde estás. Mi corazón LATE, sin tu mano enorme en mi cara. Tu mano gigante en mi cara, GIGANTE, enorme! Ya no lloro más, debo dejarte ir. Mirá acá, tocá acá, acá, tocá acá. Tu mano enorme en mi cara (gigante, tocá mi cara).



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Es como cuando la pieza está tan desordenada

que no sabes por donde chucha
empezar.

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lunes, 1 de noviembre de 2010




No tenía más de ocho años cuando Pedro, al otro extremo de la mesa, me pidió una servilleta. Saqué una del servilletero y se la entregué, pero no la recibió. - La servilleta - me dijo. Y luego agregó -tu pequeña mente de niña no entiende nada-.



Ahora él vive en un país de mierda, muy al norte del mio.




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